El día en que sin saberlo
hacemos por última vez una cosa
mirar una estrella,
atravesar una puerta,
amar a alguien,
escuchar cierta voz
si algo nos advirtiera
que nunca volveremos a hacer eso,
probablemente la vida se detendría
como un muñeco sin niño ni resorte.
Sin embargo, cada día
hacemos algo por última vez
mirar un rostro,
llamarse con su propio nombre,
terminar de gastar un zapato,
probar un temblor
como si la primera vez o la milésima
pudiera preservarnos de la última.
Nos haría falta un tablero
con todas las entradas y salidas marcadas,
donde se anuncie claramente, día por día,
con tiza de colores y con vocales
qué le toca terminar a cada uno,
hasta cuándo se hace cada cosa,
hasta cuándo se vive
hasta cuándo se muere.
Roberto Juarroz (Argentina, Dorrego, 1925- Buenos Aires, 1995)
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