El mar de octubre brilla frío
con su aleta dorsal de espejismos.
Nada queda que recuerde
el vértigo blanco de las regatas.
Un brillo ambarino sobre el pueblo.
Y todos los sonidos huyendo, lentos.
El jeroglífico del ladrido de un perro
pintado en el aire sobre el jardín
donde la fruta amarilla engaña
al árbol y se deja caer.
Tomas Tranströmer (Suecia, Estocolmo, 1931)
(Versión de Roberto Mascaró)
Para vivos y muertos, Hiperión,
1992, Edición no bilingüe)
1992, Edición no bilingüe)
No hay comentarios:
Publicar un comentario