jueves, 13 de noviembre de 2008

VIAJEROS Y DESTERRADOS















No vale la pena ahora esa ceremonia, ese ritual

de la memoria. Puedo decírtelo casi sin palabras
y acaso sin demasiada emoción: estos no son
los tiempos de antes ni volverán a serlo ya nunca.
Partiste hace mucho, acaso demasiado,
y te consumen las ganas de volver a reencontrarte
con tu propia desolación, con tu pasado mudo.
No puedo impedirlo. Sólo una cosa, pequeña, consejo
de amigo: sopesa bien tus pasos antes del regreso,
piensa en las cosas que dejaste atrás
y en el tiempo que todavía te resta por estar vivo.
Acaso no valga siquiera la pena de viajar tanta
distancia para encontrarte apenas con restos
de lo que quisiste. Aunque, te comprendo
perfectamente, las cosas no pasan por allí:
y quizás sea mejor que de una vez por todas
te embarques en el viaje de regreso, portando apenas
el equipaje de los que se han ido sin tiempo
para mayores preparativos. Puede que eso
sea lo mejor para tu rabia, para tu locura de muchas
noches, para el suplicio de saberse desterrado
en medio de una tierra que no es la nuestra,
en una ciudad que no nos pertenece
como la que conocimos alguna vez. Lo demás,
ya lo sabemos, es una historia que empieza todos
los días, cuyo comienzo conocemos y cuyo final,
de eso estoy seguro, también...




Rafael Oscar Ielpi


Rafael Oscar Ielpi. Escritor argentino; nacio en Esquel (Chubut), en 1939, pero reside en Rosario, desde mediados de la década del 40'. Publicó "El vicio absoluto" (1966) y participó de la antología "Poesía viva de Rosario" (1978). Dirigió, en 1964, junto a Aldo Oliva y Romero Medina, la publicación literaria "El arremangado brazo" y es autor, con Héctor Nicolás Zinni, de "Prostitución y rufianismo" (1974, reeditado en 1986). En 1972 escribió, con música de José Luis Bollea "Crónica cantada sobre La Forestal", estrenada en Rosario. Es autor de canciones con Enrique Llopis y ha sido periodista en diversos diarios y revistas del país.

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