Tú no recuerdas la casa de los aduaneros
sobre el barranco a pico de la escollera.
Desolada te espera desde la noche
en que el enjambre de tus pensamientos entró en ella
y se detuvo inquieto.
La sudestada azota desde hace años los viejos muros
y el sonido de tu risa ya no es alegre:
la brújula enloquecida va a la aventura
y los números de los dados ya no vuelven.
Tú no recuerdas; otro tiempo distrae
tu memoria; un hilo se devana.
De él sostengo todavía un extremo;
más se aleja la casa y sobre el techo
la veleta, ahumada, gira sin piedad.
De él tengo un extremo aún, pero estás sola
y ni respiras aquí en la oscuridad.
¡Oh, el horizonte en fuga donde se enciende
raramente la luz del petrolero!
¿Es este el paso? (todavía el oleaje
golpea sobre el barranco que se hunde...)
Tú no recuerdas la casa de esta noche mía.
Y yo no sé quién de los dos se va y quién se queda.
Eugenio Montale (Italia, Génova -1896-Milán-1981)
(Traducción de Gianni Siccardi)
Tu non ricordi la casa dei doganieri
sul rialzo a strapiombo sulla scogliera:
desolata t' attende dalla sera
in cui v' entró lo sciame dei tuoi pensieri
e vi sostó irrequieto.
Libeccio sferza da anni le vecchie mura
e il suono del tuo riso non é più lieto:
la bussola va impazzita all' avventura
e il calcolo dei dadi più non torna.
Tu non ricordi; altro tempo frastorna
la tua memoria; un filo s' addipana.
Ne tengo ancora un capo; ma s'allontana
la casa e in cima al tetto la banderuola
affumicata gira senza pietà.
Ne tengo un capo; ma tu resti sola
né qui respiri nell' oscurità.
Oh l' orizzonte in fuga, dove s' accende
rara la luce della petroliera!
Il varco é qui? (Ripullula il frangente
ancora sulla balza che scoscende ...).
Tu non ricordi la casa di questa
mia sera. Ed io non so chi va e chi resta.
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