Apenas un murmullo
me acosa
en el aire discreto.
Apenas un murmullo
insiste
mientras el amor no concluye
como los gestos:
la mano entreabierta,
los dedos juntos: lisos,
sobre la mesa, sin sueño.
Desde su nido la voz
se expande
y desvela
al soplo deslizado de la luz,
esperar las diminutas alas
de un llamado:
el que se fuga
me persigue
colibrí
Delfina Muschietti (Villaguay, Entre Ríos, Argentina, 1963)
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