-Me drogo porque sí, porque me gusta,
porque ¡¿qué hay?! soy joven y lo hago;
si quiero destruirme me destruyo.
Me droga el mundo, me droga un medio mundo.
el ambiente me droga, un medio ambiente;
me droga un San Bernardo, drógame un Drondo.
El rock me droga (el tango ni me droga),
y el ruido y las luces de las disco,
el calor de la ciudad y sus fríos.
Me droga el fúlbo, la TV y almuerzos
y micos y ginellis y una pérgola;
me droga un vano grillo, un can ciruja.
Me drogan los aviesos noticieros,
los juegos de video, comerciales,
y los consejos de papá y de mami.
Me droga el cine poético, cinefilos,
óperas y ballets, el sida, el sexo;
una papa me droga, una papada.
Me droga una mina intelectual,
poetas de la lírica y cuentistas;
me drogan los milicos y políticos.
Y me drogan los curas sanadores
y los obispos y la gente "progre"
y los hipócritas de doble faz.
Me droga un culo grande pa'chambones,
me drogan las culonas y culones;
me drogan policías y buchones.
Me drogan tantas cosas que me drogo;
me droga este que escribe y que me escribe,
que me hace hablar al pedo; yo me drogo,
forro lector, porque me da la gana.
Leónidas Lamborghini (Argentina, Buenos Aires, 1927-2009)
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