De dondequiera que venga la música,
debe venir de un instrumento.
Quizá por eso nos gusta más el instrumento
que más se nos parece
un cuello largo,
un mástil que ama el tacto,
tripa,
una caja que resuena
y la vida, el arco de pelo y madera
que nos moldea mediante las necesarias horas
cacofónicas,
que une la oscuridad y la luz en un solo tono profundo,
que nos conduce, renuentes, a la música.
Moya Cannon
(Traducción de Jorge Fondebrider,
en Zapping, La Nación, Revista,10-03-02).
en Zapping, La Nación, Revista,10-03-02).
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