Todos se han ido; vestidos
para el amor: en la foto, Alan
y Keasey, y los
otros, atrás, esperando; el ticket
en la mano —raro, como una
sombra china— y ese
viento
con sus golpecitos de hockey
contra los vasos plásticos: quién
era aquel muchacho, sentado
en la escalera, dibujando
un cangrejo, un bicho muerto
y fumando, con el brazo
vendado?
Más tarde, junto
al muelle: "la poesía no es
todo; está
la fuga, el hielo, están
los árboles en llamas".
(De: Krill, tsé=tsé, 2002)
Aníbal Cristobo (Argentina, Buenos Aires, 1971)
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