jueves, 11 de febrero de 2010

LA DIÁSTASIS DE LAS TIBIAS LARGAS





LA PAREJA

El caminar de las tibias largas tiene ahora
una mano dedicada a prolongarse en otra mano,
ciertas zonas de su cara
parecen responder a los estímulos
con un brillo infrecuente.
Ella es hermosa
aun subordinada a tan rústica compañía.
Me alegro. También percibo
el esfuerzo angular de la herramienta
que abulona mi retícula fría de andamio.
La causa de esta súbita rigidez en mis vísceras
se ha vuelto clara y manifiesta:
"No desearás la mujer de tu prójimo"
El inconsciente de la negra
parece disfrutar el juego macabro
y la sienta frente a mí
en el suelo le dobla las piernas
que ella atrae como una niña
con ambos brazos hacia el pecho
uniendo sus rodillas, aunque olvida
los pies separados.
El triángulo nacido entre sus tibias
deja al descubierto
nuestras sombras.
Niego el pensamiento, el deseo, rompo el vaso
y la manía de los líquidos por volver a la tierra
nos hace cambiar
esa perversa configuración.
Me enderezo en forma mecánica
como si pudiera impedir estar mojada
y escapo. Debo irme. Ruego no descubra
que somos estacionamientos vacíos, jacarandás
destinados a florecer en Buenos Aires.



PIJAMA

Abrió la puerta.
El pijama tenía una especie de cierre metálico
que contrastaba con su pelo negro,
daba sensación de basalto, la figura humana
esculpida, visible sólo por el brillo
en el límite de las sombras.
Exudaba aromas jabonosos
y los propios se exaltaban con la cercanía,
entonces comprendí la paz
de quién llega a casa exhausto y descubre
una realidad más hermosa
que cualquier recuerdo.
Me siento en el sillón
con su cabeza pesada, relajada sobre mi hombro
y acerco la nariz a su cuello
para sentir que el día esta completo.



SUDORACIÓN MATINAL

Me acostumbré a despertar con las tibias largas
cruzadas sobre mí.
Ella gira el cuerpo rechazando la luz
y su pelo, como si hubiésemos pernoctado a la intemperie
guarda el desparramo de las ráfagas.
Apoyo mi cara en su espalda, y adapto
el resto del cuerpo a las inflexiones,
se genera un espacio de sudoración
que transmite las variaciones de su materia
a mis muslos, al pecho, al abdomen, luego
puedo crear su cuerpo entero
dentro del mío.
Escucho la apertura de sus válvulas cardíacas
veo la sangre llenar cavidades
volcarse al circuito mayor
y la siento
llegar a mis pies.
La huelo, la cubro con el brazo.
Es uno de mis momentos favoritos
cualquiera sea el día.



(De: La diástasis de las
tibias largas)

Marina Serrano (Argentina, Quequén, Provincia de Buenos Aires, 1973)



IMAGEN: Gustav Klimt, Serie: Wasserschlangen / Serpientes Marinas
Años: 1904-1907.


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