sábado, 27 de febrero de 2010

LOS DELFINES




















Mundo es donde se nada, o baila, así de simple.
Estamos en nuestro elemento pero no somos libres.
Fuera de este mundo no puedes respirar por mucho tiempo.
El otro tiene mi forma. Sus movimientos arman
mis pensamientos. También los míos. Hay un hombre
y hay aros. Y una culpa constante que fluye.

Ninguna verdad encontramos en estas aguas;
no hay explicaciones que tiemblen en nuestra carne.
Fuimos benditos y ahora ya no lo somos.
Después de viajar en este espacio por días aprendimos
a traducir. Era el mismo espacio. Es el mismo
espacio siempre y encima de él está el hombre.

Y ahora ya no somos benditos, pues el mundo
no se hará más profundo para soñar en él. El otro sabe
y por amor me refleja como soy.
Miramos nuestra piel de plata centellear
como el recuerdo de otro sitio. Hay una pelota colorida
que hemos de balancear hasta que el hombre haya desaparecido.

La luna ha desaparecido. Circulamos por gastados surcos
de agua con una misma nota. Música de la pérdida irremediable
en el corazón del otro que petrifica el mío.
Hay un juguete de plástico. No hay esperanza. Nos hundimos
hasta el fondo del estanque hasta que el silbato suena.
Hay un hombre y nuestra mente sabe que moriremos aquí.



Carol Ann Duffy (Escocia, Glasgow, 1955)

(Traducción: Carlos López Beltrán
y Pedro Serrano)
THE DOLPHINS

World is what you swim in, or dance, it is simple.
We are in our element but we are not free.
Outside this world you cannot breathe for long.
The other has my shape. The other's movement
forms my thoughts. And also mine. There is a man
and there are hoops. There ís a constant flowing guilt.

We have found no truth in these waters,
no explanations tremble on our flesh.
We were blessed and now we are not blessed.
After travelling such space for days we began
to translate. It was the same space. It is
the same space always and above it is the man.

And now we are no longer blessed, for the world
will not deepen to dream in. The other knows
and out of love reflects me for myself.
We see our silver skin flash by like memory
of somewhere else. There is a coloured ball
we have to balance till the man has disappeared.

The moon has disappeared. We circle well-worn grooves
of water on a single note. Music of loss forever
from the other's heart which turns my own to stone.
There is a plastic toy. There is no hope. We sink
to the limits of this pool until the whistle blows.
There is a man and our mind knows we will die here.






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