La ola se retira y con lo último del agua
envuelve en mis piernas un mechón de algas,
y con su ágil roce de sedimento arenoso
socava tanto el apoyo de mis pies descalzos
que trastabillo y si no diera un paso sería derribado
como el ideal de alguna amante equivocada.
Robert Frost (E.E.U.U., San Francisco, 1874- Boston, 1963)
(Traducción de Enrique L. Revol)
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