domingo, 24 de agosto de 2008

ELOGIO DE LA COCINA NICARAGÜENSE (fragmento)




Ya en la sopa de pobre se mencionaron los elotes y chilotes que son, por sí solos, comidas ilustres. Pero la primogénita del maíz es la tortilla. Su forma misma es un milagro de perfección funcional lograda por una raza de artistas plásticos que a menudo necesitaba desembarazarse de recipientes para comer en el campo o de camino. La tortilla es a la vez plato, comida y cuchara. Puede comerse sola y se comen en ella o con ella las otras comidas. Por eso es la comida de todos los días, no sólo para el indio, sino para el pueblo nicaragüense en general. El pan nunca logró desalojarla de sus territorios, antes bien la vio ocupar todas las mesas que a él le correspondían por derecho y sentarse a su lado junto a la cabecera, como un conquistador a su mujer indígena. Hasta la introducción de las panaderías comerciales modernas, el pan salido de los hornos nicaragüenses, tanto caseros como artesanos, fue inmejorable, casi tan bueno como el europeo, pero sin harina de trigo producida en el país en cantidad y calidad suficientes, su consumo dependió en buena parte, como el del vino y el aceite, de los azares del comercio y no arraigó tan hondo como la tortilla en los hábitos populares.


José Coronel Urtecho


José Coronel Urtecho (Granada, 1906) Poeta, traductor y ensayista nicaragüense, amigo y maestro de poetas como Carlos Martínez Rivas y Ernesto Cardenal. Murió en 1994. Su obra introdujo la vanguardia en su país. Es autor de poemarios (Pol-lá d'ananta, katanta, paranta. Imitaciones y traducciones, 1970), de novelas (Narciso, 1938, La muerte del hombre símbolo, 1939) y de obras de teatro (Chinfonía burguesa, 1957) y ensayos.




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