De los innumerables escalones
que trepan mi corazón
es posible que él
haya subido
apenas dos o tres.
Sobre la costa salvaje
he visto cierto vez
un pájaro vestido de blanco.
Y me hallo encadenada
a ese sueño obsesivo.
TANKA
Sólo era
el fino hilo de una nube,
casi transparente,
llevándome a lo largo del
camino
como una antigua canción
sagrada.
Akiko Yosano (Japón, Surugaya, 1878- 1942)
(Traducción de Osvaldo Svanascini)
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