Había tantas calles entonces en Londres
siempre iban a estar allí
había más que suficientes para llegar hasta el fin
había tantos días para caminar por ellas
regresaríamos con el año
tal como estábamos en el día abierto
había tantas palabras mientras íbamos caminando
a veces eramos tres a veces dos
tantas frases volaban inconclusas
mientras nos levantábamos los cuellos que habían pasado por las guerras
otoño en el parque primavera en la colina
invierno en los puentes debajo de lo que empezamos a decir
había tanto rocío aun en Boston
aun en el otoño luminoso tantos planetas equilibrados
en los umbrales de las casas transparentes estaban ocurriendo
alrededor de nosotros todo el tiempo antes de que sucediera
antes de que se pararan los corazones uno tras otro
y empezara el lamento callado que no se detenía
íbamos a alcanzar algunas de las frases
en Francia o en Idaho íbamos
a sacudirlas otra vez y escuchar
lo que no había atrapado la historia o la geografía
ni tocado el clima venenoso
sólo era cuestión de cuándo y de cómo.
William Stanley Merwin (Nueva York, 1927).
(Versión de Tedi López Mills)
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