lunes, 25 de mayo de 2009

ROTHKO


























A Andrés Sánchez Robayna

No los colores, ni la forma pura.
Memoria de la tinta. Sedimento
que decanta la luz de su pigmento,
más allá de la tela y su armadura.

Las líneas no, ni sombra ni textura,
ni la breve ilusión del movimiento;
nada más que el silencio: el sentimiento
de estar en su presencia. La Pintura

en franjas paralelas cuya bruma
cruza la tela intacta, aunque teñida
de cinabrio, de vino que se esfuma;

púrpura, bermellón, anaranjada...
El rojo de la sangre derramada
selló su exploración. También su vida.



Severo Sarduy (Cuba, Camagüey, 1937- París, 1993)



Imagen: Una, de las catorce pinturas deMark Rothko (1903- 1970) de la Capilla Rothko de Houston (Texas, Estados Unidos), en las que el autor quiso simbolizar lo sagrado, más allá de toda influencia cultural y de cualquier religión concreta.





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