Cuando se oye sonar la propia música
En un lugar ajeno y no hay espejos
Que confirmen la supuesta presencia
En este cuarto de poema y fiebre
Cuando una letra cierra la palabra
Y sólo sigue un largo espacio en blanco
Cuando el tiempo es la secuencia del caos
Cuando todo es deuda y sólo resta
Conservar el doble punto de apoyo
Que este suelo concede indiferente
Cuando la noche es un acto reflejo
Vuelvo a escribir ¿Para mí? ¿Para un otro?
Nadie lo sabe: igual vuelvo a escribir
Hasta escarbar Hasta desenterrar.
Fernando G. Toledo (Argentina, San Martín, Mendoza, 1974)
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