Su cesta llena de sol,
apoyada en la cadera,
lleva ramos de ojos amarillos,
con pestañas de leche y claveles de noche.
En su seno, a la mora del campo parecido,
clavaban sus miradas
todos los parroquianos.
—¿Quién quiere todavía la flor del azahar?
¡Eh, tú, Tinca! ¿No ha sido Nastasé quien te ha dado
los zapatos de seda, los zarcillos de perlas?
Las diez sortijas, una en cada dedo,
¿no fue él quien te las puso?
¿Quién amasó tu hermosa carne oscura
y quién bebió tu mentiroso aliento?
¿A quién has dado tú y quién conoce
tu cuerpo de princesa?
¿Quién soltó tus cabellos que huelen a tabaco?
¿Quién te bajó las medias y subió la camisa?
¿Quién hundió tu cabeza loca
en sus brazos nerviosos y velludos
y te hizo estremecer, febril, hasta los huesos?
Tu no has querido confesar a nadie
dónde estabas de noche,
dulce puta, muguet del mes de mayo.
¡Vamos!, que el condenado Nastasé
te penetró una vez:
mas toda entera
con su cuchillo.
Tudor Arghezi (Rumania; Bucarest, 1880-1967)
(Traducción de María Teresa León
y Rafael Alberti)
y Rafael Alberti)
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