domingo, 14 de marzo de 2010

Introducción a la poesía




Hoy quiero componer una reflexión acerca de un tema amplio y en lo posible difícil, acercarme cauteloso pero con pies ligeros al pensamiento de donde brota un chorro importante de la cultura Oriente-Occidente y hacer escuchar un manantial que es Poesía. Menuda tarea si estuviera solo... Pero me acompañan los poetas con sus voces estranguladas por el canto, más la palabra zoopesada de los estudiosos y las escurridizas musas que me idiotizan con su gracia: un día SI / un día NO.

Dispondré los argumentos en este orden, ya que uno (un orden) debe haber en toda composición poética: habrá que ir de lo muy importante a lo contingente para terminar merodeando en lo accesorio. Corríjanme si me equivoco, porque ¿qué otra cosa son los poemas sino accesorios que fabricamos con el lenguaje para saber de nuestros pocos, o quizá muchos, pensamientos?

El primer interrogante que abordaremos será, sin más: ¿Qué es la poesía? Las respuestas dadas a esta cuestión han variado a lo largo de la historia, desde que la poesía es todo aquello que se escribe en verso o que es lo que escriben los poetas, que la poesía es la vida de los poetas y la gente que vive en ella, poesía es lo que se publica en Diario de Poesía o es lo que yo -o tú- entiendes por poesía: todo eso es poesía.
Por lo cual estamos en condiciones de afirmar que todo lo que publicamos en este artículo como poesía será poesía o no será nada:


FLORES


Desde una gradería de oro -entre los cordones de seda, las gasas grises, los terciopelos verdes y los discos de cristal que se oscurecen como el bronce bajo el sol-, veo abrirse a la digital sobre un tapiz de filigranas de plata, ojos y cabelleras.
Monedas de oro amarillo sembradas sobre el ágata, pilares de caoba que soportan una cúpula de esmeralda, manojos de raso blanco y varas finas de rubí rodean la rosa de agua.
Semejantes a un dios de enormes ojos azules y formas de nieve, el mar y el cielo atraen a las terrazas de mármol a esa multitud de jóvenes y fuertes rosas.

Rimbaud


Sabiendo ahora que existen muchas maneras de considerar la poesía, es decir, que nuestro objeto de estudio está dotado de múltiples extremos ontológicos y que al modo de Medusa triplica las acepciones por cada pelo que se le corta, ya quisiéramos saber: ¿Cuántos tipos de poesía hay? A montones. Trataremos de ver los más conocidos, aquellos tipos que por idiosincrasia se muestran más próximos a nuestro pueblo, en, sobre o a través de nosotros mismos.

Empecemos por las formas fijas. Entiendo por estas a toda poesía que se atiene a esquemas o moldes predeterminados: el soneto, la sextina, la copla de pie quebrado o la lira. El poeta, en este caso, debe administrar su decir según la normativa que le impone la forma elegida y salir airoso o perder el tren en esa cárcel. Toda escuela y toda poesía de escuela parecen salidas de esa cárcel. ¿Puede, por principio, plantearse una poesía que es ella misma experimento de libertad surgir de entre las restricciones de Norma? Y sin embargo hay mucha poesía que elige para existir construirse previamente un principio de restricción, lo que doy en llamar el casamiento del Poeta con la Norma Restricta:


A UN HOMBRE DE GRAN NARIZ

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;

era un reloj de sol mal encarado,
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.

Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era;

érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito.

Francisco de Quevedo


El ser humano es variado y diverso y el hecho de decir "el ser humano" es andar haciendo apología de la discriminación. Por eso, así como existen autores amigos de las restricciones, existen aquellos a los que les gusta patear el tablero y le dicen ¡chau! a la Norma. Llegamos entonces a la poesía en verso libre, la poesía llamada libre o blanca, sin rima, sin métrica, sin estrofas, sin palabras, sin nada que sea el residuo del viejo sometimiento social a cualquier tipo de lenguaje o modelo de expresión que haya sido diseñado por otro ser humano antaño, cuando eran los gorilas nuestros amos:


FRÍOS SON LOS CANGREJOS

Fríos son los cangrejos que recorren las rocas,
Más fríos los pepinos que en el valle crecen.

¡Ymás frías aún las broncíneas chuletas
Que coronan la lata de las grageas filosóficas!
Pues cuando el néctar, con su hollejo tardío,
Colma las anchas escudillas de demonios y hombres
Entonces vemos retirarse la flaca musaraña,
La gallina casera, el puerco-espín erizado.

Queda con todo mucho: trinar acento solemne,
Que tristemente se rezaga y disipa,
Alejándose cada jornada con el día que parte.
La gama de un guisante verde sobre el llano en lontananza
Cuando las morsas astutas se congregan en asamblea...
Tal,tal es la vida...

Edward Lear


Otra clasificación atañe a la poesía antigua, la poesía moderna, a la joven, la nueva poesía latinoamericana, a la recientísima poesía de las personas menores de ocho años, la de los turcos otomanos, de la mujer en el tercer mundo, de la protesta, de los grupos minoritarios, del ala izquierda justicialista y de las traductoras lesbianas de Carlos de la Púa. De entre las más antiguas, la poesía china es una de las más queridas. Veamos un ejemplo:


RETORNO

Llegas de mi país natal,
Debes saber lo que allí pasa.
¿Han florecido bajo mis ventanas
los ciruelos del invierno
estos últimos días?


Wang Wei


También hay gente a la que le gusta mucho la poesía romana:


XXX

He acabado un monumento más perenne que el bronce,
más alto que el real emplazamiento de las Pirámides.
Ni la lluvia voraz ni el Aquilón, impotente,
ni la serie innúmera de los años y la huida del tiempo
podrán derribarlo. No moriré entero. Una gran parte
de mí evitará la Muerte. Siempre creceré, nuevo,
con las alabanzas de la posteridad, mientras el pontífice
suba al Capitolio con la virgen silenciosa. Donde el Aufido
violento ruge y donde Dauno, en lugares áridos, reinó
sobre pueblos agrestes, poderoso por mi sencillez,
dirán que fui el primero en expresar el canto eolio con
ritmos itálicos.
Enorgullécete de tu ayuda, Melpómene, y coróname,
de buen grado, con laurel deifico.

Horacio


Y con la del romanticismo alemán pasa otro tanto:


MITAD DE LA VIDA

Con peras amarillas pende
y llena de silvestres rosas
la tierra sobre el lago;
vosotros, adorables cisnes,
y ebrios de besos
hundís vuestras cabezas
en la sagrada sobriedad del agua.

Ay de mí, en el invierno,
¿dónde coger las flores, dónde
el resplandor del sol
y las sombras de la tierra?
Los muros se yerguen
mudos y fríos, en el viento
restallan las banderas.


Hölderlin


Podemos decir que terminamos con el tema de las clasificaciones, dentro del campo de la teoría del poema o poemática, y pasamos mutatis mutandis al problema de la praxis. ¿Cómo hacer para escribir poesía? En la alacena del poeta, el neófito hallará un multiforme y variadísimo catálogo de herramientas, desde el clásico papel y lápiz hasta las actuales tecnologías de la comunicación, como es el caso del ordenador digital portátil. Tanto los poetas a mano como los poetas a máquina todos inician el proceso que lleva al poema entonándose, es decir, afinando el instrumento que comunica con la Musa. Los entonadores más usados son la cerveza, la caña, el caño o pitillo, la flor de los lotos yoga, la cola de la oropéndola y el polvillo de ruiseñor disecado. El poeta urbano o poeta burgués suele acompañarse con dosis de cafeína o quinina, que pueden funcionar como entonadores cuando se los combina con cloruro de armonio.

Entonces, ¿cómo hacemos para escribir la poesía? La clave ha sido dada -promediando el siglo XX- por el famoso antifilósofo C. Bala cuando expresó: "Como el movimiento se demuestra andando, pues andemos". Lo cual, ajustado a nuestro tema, querría decir: como la poesía se demuestra escribiendo entonces leamos.


AL PRÍNCIPE

Si regresa el sol, si cae la tarde,
si la noche tiene un sabor de noches futuras,
si una siesta de lluvia parece regresar
de tíempus demasiado amados y jamás poseídos
del todo,
ya no encuentro felicidad ni en gozar ni en sufrir por
ello:
ya no siento delante de mí toda la vida...
Para ser poetas, hay que tener mucho tiempo:
horas y horas de soledad son el único modo
para que se forme algo, que es fuerza, abandono,
vicio, libertad, para dar estilo al caos.
Yo, ahora, tengo poco tiempo: por culpa de la muerte
que se viene encima, en el ocaso de lajuventud.
Pero por culpa también de este nuestro mundo
humano
que quita el pan a los pobres, y a los poetas la paz.


Pier Paolo Pasolini


De los entonadores, sus variedades y metodologías.
Además de los ya citados existen métodos disparadores de la creatividad o estro poético. El método conductista, por ejemplo, consiste en provocar un determinado estímulo en el poeta principiante para que este arribe al texto como respuesta. Se hace avanzar un churrasco por medio de la tracción de una cuerda hasta donde se encuentra la hoja en blanco con los títulos; "Las arpas", "Discurso de Temístocles a los druidas", "Otoño lluvioso", etc. Los tradicionales métodos de mecenazgo no han sido sino ritos conductistas sofisticados, merced a los cuales la HUL (Historia Universal de la Literatura) se ha ido cubriendo de laureles, La Eneida entre otros.


¿Para qué queremos los argentinos la poesía?
Los aspectos sociológicos vinculados con este último interrogante implican tres problemáticas; la de los poetas oficiales, los juegos florales y los concursos de rima. Pero no quisiéramos avanzar con esto sin hacer mención o dejar sentada nuestra actual posición con respecto al tema de los argentinos y la poesía. No nos parece nada bien -a mí y a este que escribe y a todos los que escriben por mí- que se hable sin más de "poesía de los argentinos" o de "ese argentino que tiene poesía", como si hubiese una poesía que, tras de volverse plastilina sintáctica, se acomodara en el molde del genitivo, acompañando al gentilicio mágico. Que la poesía argentina existe parece constituir una certeza casi a voces, y que goza de buena salud otro tanto. Ejemplos de poesías así consideradas pueden leerse en los libros del Martín Fierro, en Internet y en recitales de poesía argentina:


los ingenieros ríen suavemente
de los poetas flacos

los miran al trasluz
los desenrollan con delicadeza

no hay vetas
ni vestigios
informan

la franja azul más que petróleo
es metáfora del agua

y la zona amarilla no revela
subproducto ni krill

nadie comerá de esto
informan

pero aconsejo no desactivarlos


Susana Thénon


Con respecto a la importancia continental de esta poesía y del para qué se querría un tipo de poesía así, son preferibles las explicaciones endógenas a las exógenas, ya que estas últimas arrastran consigo oscuras complicidades geopolíticas o directamente antropomórficas, vinculadas con la forma que se supone deben tener en Argentina los poetas.

Acerca de las mil formas de un poeta, con este y otro estudio sobre el estilo llamado campero. Dice el poeta:


ESE REBAÑO QUE VIENE ALLÍ, como paquidermos lentos, avanzando en fila, su masa es y no es. ¿Qué harían con ella? ¿Cómo la llevarían? Esa pesadez, ese andar anquilosado no es más que una decisión que adoptaron para escapar a su ligereza que a la larga los espanta.
Y va el corlejo de los enormes globos tratando de presumir de sus fuerzas.

Henri Michaux


Sor Juana, Nº 1, 2008.

Sebastián Bianchi


Sebastián Bianchi. Escritor argentino, nacido en Escobar Provincia de Buenos Aires, en 1966. Es profesor de Lengua y Literatura en escuelas de Nivel Medio en Morón y Castelar. Publicó Atlético para discernir funciones, en Ediciones del Dock, en 1999; El trazado Luro-Matanza, en Ediciones Del Diego, en 2000; Segunda interpretación al médano de arena, en la Editorial de poesía "Selecciones de Amadeo Mandarino", en 2001; "El resorte de la novia y otros cuentos", en Paradiso, 2002.

RECOMIENDO su blog, donde los lectores pueden leer sus libros completos .




2 comentarios:

bea dijo...

talento de profesor !!!!!!!!!!!!
copada selección de textos.
los chicos estarán chochos.
y el humor !!!!!!!!!!
gracias por publicar
bea

Marcelo dijo...

Sí, la selección es muy apropiada, acorde con el ensayo.
Y gracias por la visita, Beatriz.
Un beso.