sábado, 13 de marzo de 2010

Caídos


























No era morir, todos morían.
No era morir: ya habíamos muerto
en los choques de rutina - - nuestros capitanes
reunieron nuestros papeles, escribieron a casa de los viejos
y subió la tasa de mortalidad, todo por nosotros.
Morimos en la página equivocada del almanaque
desparramados en cien kilómetros de montañas;
sumergidos en yuyales, combatiendo con un amigo,
ardimos en filas de soldados que nunca vimos.
Morimos como tías o mascotas o extraños
(cuando dejamos la escuela nadie había muerto, sólo ellos,
para figurarnos con que podíamos comparar la muerte)
En aviones nuevos, con nuevas tropas, bombardeamos
extensiones junto al desierto o la costa, disparamos
contra objetivos en remolques para sumar en el tanteador
cumplimos con los relevos y nos levantamos
una mañana en plena forma sobre Inglaterra.
No era diferente: pero si moríamos
no sería por accidente sino por error
(un error muy fácíl de cometer).
Leímos nuestro correo y repasamos la misión - -
en bombarderos llamados como chicas, quemamos
las ciudades que habíamos estudiado en la escuela - -
hasta que nuestras vidas se agotaron; nuestros cuerpos
tendidos junto a la gente que matamos y nunca vimos.
Cuando durábamos lo suficiente nos daban medallas
Cuando morimos dijeron, "Las bajas fueron escasas"
dijeron, "Acá están los mapas" con las ciudades que quemamos.
No fue morir - - de ninguna manera fue morir;
pero la noche en que morí soñé que moría
y las ciudades me decían: "Por qué estás muriendo?
Estamos contentas si morís; pero por qué morí yo?"


Randall Jarrell

(Traducción de Francico Bitar)
Losses

It was not dying: everybody died.
It was not dying: we had died before
In the routine crashes— and our fields
Called up the papers, wrote borne to our folks,
And the rates rose, all because of us.
We died on die wrong page of the almanac,
Scattered on mountains fifty miles away;
Diving on haystacks, fighting with a friend,
We blazed up on the lines we never saw.
We died like aunts or pets or foreigners.
(When we left high school nothing else had died
For us to figure we had died like.)
In our new planes, with our new crews, we bombed
The ranges by the desert or the shore,
Fired at towed targets, waited for our scores—
And turned into replacements and woke up
One morning, over England, operational.
It wasn't different: but if we died
It was not an accident but a mistake
(But an easy one for anyone to make.)
We read our mail and counted up our missions—
In bombers named for girls, we burned
The cities we had learned about in school-—-
Till our lives wore out; our bodies lay among
The people we had killed and never seen.
When we lasted long enough they gave us medals;
When we died they said, "Our casualties were low."
They said, "Here are the maps"; we burned the cities.
It was not dying —no, not ever dying;
But the night I died I dreamed that I was dead,
And the cities said to me: "Why are you dying?
We are satisfied, if you are; but why did I die?"



Randall Jarrell. Poeta norteamericano. Nació en Nashville, Tennessee, en 1914. Enseñó en el Kenyon Collage donde conoció a Roben Lowell con quien mantendría un intenso intercambio poético hasta el final de su vida. Su poesía alcanza madurez con The woman at the Washington zoo (1960, National Book Awatd) y The lost world (1965). Crítico lúcido y preciso, sus ensayos están reunidos en Poetry and the Age (1953). Luego de un intento de suicidio fue internado en el hospital de Chapel Hill en 1965 donde moriría el mismo año al ser atropellado por un auto durante un paseo nocturno. Su primer libro, Blood from a Stranger, fue publicado en 1942. Ese mismo año se alistó en la Fuerza Aérea en la que permaneció hasta 1946. A esa experiencia corresponde el libro Losses (1948). A este libro pertenece el poema que se publica, extraído de la revista "El niño Stanton", Nº4.




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