Un día en que me había escapado del trabajo,
y estaba sentado escribiendo en mi escritorio de fresno
con los ojos bajos, concentrado, llegaste y te detuviste
frente al ventanal por el que a mi hijo de seis meses
le gusta mirar hacia afuera. Más tarde me contaste
cómo te quedaste un momento, sin ser visto, mirándome
trabajar en esta nueva casa, en este cuarto acogedor.
Te imagino, papá,
recargado en tu bastón, con tus ochenta años,
de visita por un instante y después ido.
Quiero estar sentado aquí e insistir
en el ensueño diurno que es el trabajo real,
que mi tarea sea saberte ahí y saber que ese saber
no me interrumpe, alimenta lo que hago
subliminalmente, sin levantar la cabeza,
como alguien que reza: un séptimo, un octavo sentido.
Robert Crawford (Escocia, Bellshill, 1959)
(Traducción: Carlos López Beltrán
y Pedro Serrano)
THE LOOK-INy Pedro Serrano)
One day when I was skiving off my day-job,
Sitting writing at my black-ash desk
Eyes down, intent, you came and stood outside
The French windows my son likes to look out of
At age six months. You told me later
Howyou'd stayed a moment, unseen, watching me
At work in this new house, this warm room,
I imagine, Dad,
You leaning on your stick, eighty years old,
Visiting for an instant and then gone.
I want to sit here pressing forward
Into the daydream that's the real work,
My job to know you there and know the knowledge
Doesn't interrupt me, nourishes what I do
Subliminally, not raising my head,
Like someone praying: a seventh sense, an eighth.
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