En un pavimento húmedo el cielo blanco se aleja
moteado de negro por los cambiados
pilares de los olmos rojos,
en perspectiva, que elevan la enmarañada
malla de sus deseos clavados
en la lluvia que cae. Y el humo terroso
es arrastrado, deslizándose como el agua
sobre el tejado de la cabaña
del guardián del puente. Y, como siempre,
la lucha, en cuanto a la naturaleza de la poesía,
— ¿la captará el filósofo? —
prosigue. Y, lanzando una mirada
al agua, allí, anunciado
por el silencio de un arbusto
blanco en flor, inmediato
bajo el puente, el sábalo asciende
equidistante de la superficie y del fango
y podemos contemplar sus cuerpos
de aletas rojas en el agua
tenebrosa subiendo implacables, río arriba.
William Carlos Williams
(Traducción de José Rodríguez Feo;
Revista Orígenes,
Octubre, 1944)
THE BITTER WORLD OF SPRING Revista Orígenes,
Octubre, 1944)
On a wet pavement the white sky receeds
mottled black by the inverted
pillars of the red elms,
in perspective, that lift the tangled
net of their desire hard into
the falling rain. And brown smoke
is driven down, running like
water over the roof of the bridge —
keeper's cubicle. And, as usual,
the fight, as to the nature of poetry
—Shall the philosopher's capture it? —
is on. And, casting an eye
down into the water, there, announced
by the silence of a white
bush in flower, close
under the bridge, the shad ascend
midway between the surface and the mud
and you can see their bodies
red-finned in the dark
water headed unrelenting, upstream.
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