Una garza nos visita
muy temprano,
bajó lenta y cerró las alas
con soberbia magnificencia;
cada paso en tierra,
tan distinto a su vuelo,
le fuerza el andar
le curva el cuello
Prudente, sin embargo,
sobre la orilla espera,
mientras el rio calma de ondas,
su reflejo;
picotea algo,
quizá una mojarrita
que escapa, parpadea
la superficie, no es fácil
una presa en el agua
En diálogo cauto
con el paisaje,
la garza; un ojo
de naturaleza experimental
en procura de alimento
y, aún sin conseguirlo,
una soltura autóctona
que levanta vuelo y atraviesa
la vegetación de lado a lado
Constancia y desapego
necesario para partir,
dejar lo inútil
reubicar desde el aire otra orilla,
otro tumulto sobre el monte
En exceso, conozco
la constancia
pero, con la garza, observo
el desapego, ese salir prudente
de la escena, como un arte
que no he sabido incorporar
Es el fin del verano
el rio se aquieta,
pliego detalles
como hojas interiores
en la maraña de bambúes
Alicia Genovese (Argentina, Lomas de Zamora, Prov. de Buenos Aires,1953)
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