El consejo de cualquiera nunca es de provecho para los amantes; el amor no es la clase de torrente que cualquiera pueda detener.
Ningún hombre del intelecto conocerá nunca el éxtasis de la cabeza del borracho; ningún hombre de la razón conocerá nunca el rapto del corazón en la pérdida de la razón.
Los reyes se volverían indiferentes a la monarquía si olieran una vaharada de esos vinos que los amantes beben en la asamblea del corazón.
(…)
(versión de Alberto Manzano,
De: Poemas sufíes,
Hiperión-Madrid 1988)
De: Poemas sufíes,
Hiperión-Madrid 1988)
(Selección: Marisa Negri)
No hay comentarios:
Publicar un comentario