Idas y vueltas pegada a la orilla.
Las manos como aspas
horadan la fina superficie
(bajo esa piel de agua sólo hay silencio).
Acaso un rumor de caracoles se sube a mis piernas
pero sólo percibo el borde,
un horizonte sólido que se aleja hasta desaparecer.
Todo lo que sé resbala por los huecos de la conciencia.
Mezclada entre briznas de una sutileza intensísima
recuesto mi cabeza en el agua
pierdo este peso terrestre
este reptar con los ojos en el cielo.
El cuerpo extendido recupera sus alas de antigua medusa
evade las trampas de lo profundo
para hundirse sin fin, inofensivo,
poderoso en el refugio de agua original
donde todo es latido.
Duermo sin sueños ni recuerdos,
las manos del agua me dejarán en la orilla.
(de Dale brazos, 2001)
Andrea Ocampo (Argentina, Avellaneda-Bs.As., 1968)
IMAGEN: Fotografía de Andres waissman.
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