Hoy le he hablado a una cabra.
Sola estaba en el prado, estaba atada.
Harta de hierba, mojada
por la lluvia, balaba.
Aquel balar constante era fraterno
a mi dolor. Y yo le respondí, primero
por broma, después porque el dolor es eterno,
tiene una voz, no cambia.
Esta voz la sentía
gemir en una cabra solitaria.
En una cabra de rostro semita
sentía quejarse todo mal ajeno,
toda ajena existencia.
Umberto Saba (Italia; Trieste, 1883 -Gorizia, 1957)
(Traducción de Horacio Armani)
Ho parlato a una capra.
Era sola sulprato, era legata.
Sazia d'erba, bagnata
dalla pioggia, belava.
Quell'uguale belato era fraterno
al mio dolore. Ed io risposi, prima
per celia, poi perché il dolore è eterno,
ha una voce e non varia.
Questa voce sentiva
gemere in una capra solitaria.
In una capra dal viso semita
sentiva querelarsi ogni altro male,
ogni altra vita.
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