Madre cuando tu cuerpo no da razón
en estos campos de acero
y yo estoy en mi fantasía de empujar
una puerta en la multitud
entre papeles y hojas que van por el aire
y mi noche crece porque voy montado
en mi luna oyendo las voces de las grandes ciudades
y hay un aro negro como la sombra de dios
donde soy un niño de los cincuenta
que juega y se disipa en tu sueño
como cable quemado entre las chimeneas
Mírame
Vamos
a la velocidad de los vientos
lejos de casa
abandonados como añosas neveras
en una estación de gasolina
Soy un asno atado al ruido de un perol
Vacío que hace equilibrio que hace equilibrio sobre alambres
de púas
Quiero visitar mi barrio
apretarle las tuercas a los muchachos
de la manzana “Q” en las últimas entradas
de mi partido de béisbol
¿Son ellos cachos abrillantados
girando como carneros en el fondo
de su edad?
¿O soy yo recién cortado de ti peinándome
con el filo de una piedra?
¿Acaricias a tu animal?
Variaciones que junto
y dejo en tu hierba
y por eso hablo de ti y contigo
frente al espejo.
NO hago otra cosa que hablar de ti rezar de ti
rabiar con tus alimentos
botellas de sangre en tu desayuno y
en tu cena tanques de oxígeno
agua para la noche con esta dieta
brotan semillas de tu cuerpo
pareces un huerto
rosas en tu frente
claveles en tus pies
tu estómago un enjambre de abejas
y mariposas es inútil me siento
como un espantapájaros en un campito de plátanos
yo prefiero caminar sobre tus aguas
(de: San José Blues 1923 +
Epopeya del Guaire y otros poemas,
Ediplus, Caracas 2003)
William Osuna (Caracas, Venezuela, 1948)
(Selección: Marisa Negri)
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