Está lo que es poesía y lo que no es poesía, y esto último es lo que ofende a la poesía.
Háblame de otras almas, no de tu alma, y así me hablarás de tu alma.
Es más flor que todas las flores juntas, una sola flor.
Quien ha visto vaciarse todo, casi sabe de qué se llena todo.
Una cosa sana no respira.
Quien se queda mucho consigo mismo, se envilece.
En este mundo sólo he conocido a quienes sólo saben ser amigos y a quienes sólo saben ser enemigos.
El hombre tenía un paraíso lejos de este mundo y lo ha perdido por quererlo acercar a este mundo.
La mujer conoce del hombre nada más que al niño; lo demás del hombre, sólo lo conoce el hombre.
Quien ha visto con los ojos abiertos, puede volver a ver, pero con los ojos cerrados.
Antonio Porchia
Antonio Porchia (1886-1968), había nacido en Italia, pero residió en la Argentina desde la adolescencia hasta su muerte. La modesta casa que constituía su retiro, en Olivos, era un lugar de encuentro para quienes veían en él a un verdadero maestro en la expresión de la verdad y la belleza. Su obra VOCES fue editada varias veces (1943, 1948, 1956, 1964, 1965, 1966, 1970) y así en sucesivas reimpresiones.Ya en 1949 Roger Caillois tradujo este libro al francés, y fue publicado por la editorial francesa Fayard en versión completa. En Bélgica, en 1962, Fernand Verhesen incluyó a Porchia en una selección de autores argentinos que tradujo al francés con el título de Poésie vivante en Argentine. Asimismo en Estados Unidos, E. S. Merwin tradujo y publicó en 1969 una selección de poemas intitulada VOICES. En el prólogo que encabeza su libro, refiriéndose a algunos aforismos de Porchia dice que tienen estrechas afinidades con frases de las escrituras budistas y taoístas, mientras que otros no solo recuerdan a Kafka sino también a Litchtenber y a Blake. Por último, en su libro Entretiens 1918-1952, André Breton declara: "Debo decir que el pensamiento más dúctil de expresión española es, para mí, el de Antonio Porchia, argentino." (Ketty Alejandrina Lis). Los textos aquí reunidos pertenecen a la edición de Alción, de 2006, y son publicadas con la expresa autorización de Angel Ros.
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