martes, 8 de diciembre de 2009

El niño



el niño tiene la idea
de que le van a pegar
y se agacha y gruñe
como una rata


un oso con sus garras
destroza al niño
y los niños rotos
son difíciles de reparar


esta mañana apenas salía el sol
se lo veía al niño como un jarrón
antiguo y valioso en el que hay
que obviar las junturas


es posible que el niño caiga
en el agua de un oasis
y se ahogue
pero los niños saben gritar
y aunque nadie aparezca
seguirán gritando


el niño ve las madres
cruzando corrientes por la nueve de julio
sabe que él podría volar y observar
cómo caminan cómo elegiría una


el pasto crece bajo su panza
pero el niño tuvo que decir
que el pasto crece para sentirlo
y ponerse a llorar


el niño se queda tirado entre los muñecos
pellizcándolos un poco
sabe que va a llover pero alguien tiene
que tocar el tambor


al acolchado estampado cae el niño
de la altura del hombre
que dobla el cinturón en sus manos
las paredes y el techo también
todo estampado
parecía winnie pooh pero no era


el niño está tendido aplastado
bajo el agua sonriendo sin burbujas
desconfiamos de su disfraz
pero su mirada es la de un niño
y su tamaño también


el exceso de pegamento en las figuritas
hinchó el cuaderno
la primera decía
no hay un día que no llueva
y la última
en toda la tierra


no recuerda a qué jugaba
sólo un autito que mueve
de atrás hacia adelante
entre comida y comida


la sopa se toma caliente
y con mucha cebolla
fría te puede hacer mal
y es mejor que nunca lo sepas


en la tele ve un padre
que con un palo de béisbol dice
te voy a romper el alma
y de hecho cuando ya
el niño es grande no queda nada
ni la voz de alto


el niño tiene un remo
parece que quisiera tener un bote
pero ese remo le puede servir


sabe que lo están espiando
y se queda quieto para mostrar
que nunca hizo nada que nunca
se movió de ahí desde que apareció
en este mundo


el niño se mira el cuerpo cosido
y deja de hacer caca y pis
y ya quisiera verse su propio relleno


dejó la escuela por la copa
de los árboles
la pelota por los moretones
el guardapolvo sin botones
lo protege


el niño sintió que temblaban
las cortinas se caían las paredes
incluso antes
de que ellos lo planearan


en la habitación del niño
los dinosaurios están enfrentados
a los soldados y los vaqueros
la luz de su linterna se está agotando
como un sol anaranjado


el niño juega lejos de casa
bajo el cielo límpido
los árboles tocan sus ramas


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Jorge Calvo


(Selección: Carolina Contino)



Jorge Calvo. Poeta argentino. Nació en La Boca (Buenos Aires) en 1972. Luego vagó sin rumbo, leyó un poco y escribió otro; cosas que cree que seguirá haciendo indefinidamente. Publicó de manera independiente La naranja en la pared, Muñeca y El Niño (con Eliana Belén). Durante 2009 llevó a cabo el ciclo itinerante Fiesta poesía y música sin fronteras que se desarrolló en distintos puntos de la Patagonia. Está por editar su material: Peterson, En el sembradío y Desaforismos, a través de un proyecto editorial propio llamado ¡Gran Vida! Reside en Mar del Plata.



6 comentarios:

Solange Moreira Diaz dijo...

Dolorosamente hermoso poema...me trajo a la memoria "Les étrennes" de Rimbaud.
!Gracias por compartirlo!

Marcelo dijo...

Es un gusto. Y gracias a vos, Solange, por el comentario.¿Tenés una buena traducción del poema de Rimbaud, que mencionás?

Solange Moreira Diaz dijo...

Es una pena no poder sugerirte alguna traducción para "Les étrennes des orphelins"...ni siquiera pude encontrar el libro en la biblioteca (!?).
Espero que alguien más pueda ayudarte, creo que en castellano el poema se conoce como "El Aguinaldo de los huérfanos".
A seguir posteando, me he convertido en adicta al blog!

Marcelo dijo...

Gracias igual, Solange. Creo que Rimbaud y Baudelaire son dos poetas de los cuales es muy difícil encontrar traducciones satisfactorias. Ya lo voy a buscar, a ver si lo encuentro.
Y respecto a la adicción a la Biblio, lo único que espero es que no te haga mal, mientras no te indigestes, todo bien!!!
Un abrazo.

Jorge Flores dijo...

Muchas gracias por publicar mi trabajo y a Carolina Contino.

Marcelo dijo...

Un gusto, Jorge. Va mi abrazo.