martes, 17 de marzo de 2009

allí estabas...


















allí estabas mi amor allí estabas en los penachos de la
enredadera del monte pelusa de pollito blanco enamorada
del molle espeso abrazándolo fina en la fruta verde
del camambú en la ruta anaranjada del camambú con su
corazón de pequeña sandía en la flor de la pasión del señor
del camambú allí estabas mi amor allí estabas en las varas
bermejas de la quina apenas alzándose de latierra
pesada de semillas en las hojuelas rubionas que confundía
el viento veranoso que levantaba el viento con ruido de
cachilote que las robaba él allí estabas mi amor allí
estabas en la sangre de enero de las muchachas de trece
años en el gateado mordiendo a su rosilla en el olor
precioso de la siesta soltada en los cuú de ella en los más
gruesos vinos debajo del gran caldén en la mariposa púrpura
sobre la mariposa blanca allí estabas mi amor allí
estabas en la garganta del agua en lo bondadoso del poleo
en el sol en el sol mapuche en las briznas de lo que respiraba
en lo que caminaba y en lo que saltaba y era florido
y hacía bien allí estabas mi amor allí estabas


(hornos de los mareque).
De: Caja amarilla (1973-1974)


Juan Carlos Bustriazo Ortiz (Argentina, La Pampa, Santa Rosa, 1929 -Id., 2010)




3 comentarios:

silvia camerotto dijo...

extraño poeta...

Marcelo dijo...

Atípico, más bien. Muy atento a las sonoridades. El sostenido uso de la anáfora, los neologismos, las repeticiones de palabras y otros elementos sumados a un lenguaje muy peculiar, que parece salido de la pampa mestiza, le otorgan como una dimensión entre mántrica y sagrada a su poesía. Más o menos eso te puedo decir de Bustriazo y también que tiene una ternura inusual...tal vez porque también se llama Ortiz. Gracias por la visita, Sibila.

Raul dijo...

Maravilloso, un poema maravilloso, de un poeta extraordinario.