Alguien deja indefensa
una naranja pelada en la mesa del patio
y los malvones miran, apenas insinuada,
esa mano pálida que abre una ventana
a la justa luz de un sol atroz
con la premonición del estrago.
(De: La poesía no es necesaria)
Osvaldo Ballina (Argentina, La Plata, Bs.As., 1942)
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