No deseo hablar con alguien que ha escrito más libros de los que ha leído.
miércoles, 15 de julio de 2009
La rama en el ojo...
La rama en el ojo, como en el árbol, desnuda, que el viento bambolea. Sube y baja con el viento, azota, misteriosamente se la ve desde un sótano, al pie de una escalera.
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