martes, 29 de diciembre de 2009

INSOMNIO (*)




Llamó desde su casa porque está
solo.
la panza está sufriendo en el
hospital.


Dos nenas
nacieron
rosadas y chirriantes.


Pesan un kilo
cada una.
las nombraron flor
y magia inmaculada.

sin saber, ya las condena
pero eso tenía que suceder
de todas formas.


Íbamos en moto
a la felicidad.
íbamos porque la teníamos.
alegría estúpida de sentir
el cuerpo solo, incerebrado
ágil y certero, como la moto.


La garganta cerrada.
duele.
molesta.


Me envuelve
lo que no dije
y lo que temo,
la calma que compuse.


el olor de jazmines
es alegría en mi casa
es el triunfo de los amigos
sobre la muerte y la pena,
hoy es el nombre de una chica
que todavía no nació,
le faltan tres meses.


Cayeron sus niñas al mundo
antes de...
les falta tres meses.


La panza que no quise ser
responde. me duele.
molesta.


Él me llama desde su casa
porque su mujer está en el
hospital
pariendo hace una semana.


Me desperté con la garganta
apretada por adentro
asfixiada de lejos
en la historia.
él llama de ahí, en realidad
no desde su casa nueva
con cunas dobles sábanas color rosa
matrimonio como la moto robada.


Llama para embarazarme.


Sufro ahora sus dolores
los de ella
y sus hijas.
siento el vómito
el abismo el llanto.
cierro la garganta
instinto
miedo, la pasión
el asco.


Vuelven a la panza
las crías afiebradas.

vuelve el tiempo
a coser la herida,
o a no coserla más bien.

se tensa el vientre
se abren las caderas.

la panza molesta es un universo
donde no hay ruido
ni dolor.


Mi panza no fue suya,
su panza no soy yo.
quisiera recordar de qué nos reíamos
tanto.


la panza
el asco
la moto
el olor a jazmín.


Sus hijas como ratonas
atropelladas por las luces
de la incubadora, las manos
envueltas en gasa,
respiren nomás, respiren,
no lo dejen morir.


Comíamos pollo en plaza once
y ni siquiera eso
lograba deprimirnos.

quiso matarme
en defensa propia

por no amarlo más.


Mi panza vino de otro,
era fuerte y redonda
era varón.


(...(un universo sin problemas)...)


Tal vez yo fui y por eso
vino después a matarme.


Pero ahora
mucho tiempo adelante
de esas cosas,
se impone la panza, el miedo,
las nenas de ojos como animalejas.


Menos de un kilo rosa
crujiente.
faltan tres meses,

está la panza sola
que duele y se endurece,
que pide que le nazcan.


Que respiren,
respiren nomos,
no lo dejen morir.

(...(un universo sin problemas)...)


La panza
duele
molesta,
no hay varón.
sólo costura.


Si me hubiera nacido,
¿sería mi panza tan dura
mi cabeza tan pesada
en este instante?


¿Estaría muda muerta yo,
echa de nada de aire?


¿Podría decir esto que digo?
(*)Ed.de la autora,
San Carlos de Bariloche,
Río Negro, Argentina,
2006

Melissa Bendersky  (Argentina; Bariloche, Patagonia)






4 comentarios:

Anónimo dijo...

qué buen poema: qué buen poema.
Gracias Melissa, gracias Marcelo.
Ignacio

Marcelo dijo...

Y gracias a vos, Ignacio, por la visita.

Anónimo dijo...

Vengo todos los días, Marcelo. O no es mi casa esta también? Entro, me siento, leo unos poemas.
Es un lugar ameno este.
Ignacio

Marcelo dijo...

Por supuesto que es tu casa, no sólo como lector y poeta, sino también como un gran amante de la poesía que tiene mucho para aportarle, desde tu lugar de colaborador. Me alegra mucho que lo sientas así.
Un abrazo.