domingo, 11 de enero de 2009

FERN HILL























Cuando era joven y libre bajo las ramas del manzano

cerca de la casa cantarina y feliz como el pasto era verde,
llena de estrellas la noche en la cañada,
el tiempo me dejaba saludarlo y treparme
dorado en la gloria de sus ojos,
y honrado entre carros, yo era príncipe en los pueblos de manzanas
y una vez, altivamente, hice que árboles y hojas
rastrearan con cebada y margaritas
los ríos alumbrados por las frutas
que el viento arranca.

Y como era tierno y despreocupado, famoso en los graneros
en torno del patio alegre, y cantaba pues la granja era mi hogar,
bajo el sol que sólo una vez es joven,
el tiempo me dejaba jugar y ser
dorado y feliz en la merced de sus medios,
y tierno y dorado fui pastor y cazador, los terneros
balaban al canto de mi cuerno, los zorros ladraban
claro y frío en las colinas,
y el sabbath repicaba lentamente en los guijarros
de los arroyos sagrados.

Todo el tiempo del sol era correr, era bello, los campos de heno
alto como la casa, las melodías subiendo las chimeneas,
era un aire y un juego, agradable y con agua y
fuego, verde como la hierba
Y a la noche bajo las simples estrellas
mientras cabalgaba hacia el sueño, los búhos iban llevándose la granja,
y todo el tiempo de la luna, bendito en los establos,
oía a los pájaros nocturnos volar en compañía de las parvas,
y veía a los caballos
entrar relampagueando en las tinieblas.

Y luego despertar, y la granja, como un blanco vagabundo con el rocío,
volvía, con el gallo en los hombros; era todo
brillante, era Adán y la virgen,
el cielo formándose de nuevo
y el sol haciéndose redondo aquel mismísimo día.
Así debió ser luego de nacer la simple luz
en el primer lugar donde se hiló; los caballos hechizados
saliendo fogosos del establo, verde, lleno de relinchos
hacia los campos de alabanza.

Y honrado entre zorros y faisanes, junto a la casa alegre
bajo las nubes recientes, y feliz como era eterno el corazón
bajo el sol nacido tantas veces,
andaba mis caminos descuidados,
mis deseos a la carrera por el heno alto como la casa,
y nada me importaba, en mi tráfico celeste,
que el tiempo conceda en su giro melodioso
tan pocas y tan tempranas canciones
antes que los niños verdes y dorados
lo sigan, fuera de gracia,

nada me importaba, en los días blancos como corderos,
que el tiempo me llevara en la sombra de mi mano
al pajar poblado de golondrinas
en la luna que siempre se levanta,
ni que al cabalgar hacia el sueño
lo oyera escaparse con los campos altos
y despertara ante la granja ida para siempre de la tierra sin niños.
Oh, mientras fui joven y libre en la merced de sus medios
el tiempo me sostuvo tierno y moribundo
aunque yo cantaba en mis cadenas como el mar.



Dylan Thomas (Swansea, Reino Unido, 1914-Nueva York,E.E.U.U., 1953)


(Traducción de Gerardo Gambolini)
Fern Hill

Now as I was young and easy under the apple boughs
About the lilting house and happy as the grass was green,
The night above the dingle starry,
Time let me hail and climb
Golden in the heydays of his eyes,
And honoured among wagons I was prince of the apple towns
And once below a time I lordly had the trees and leaves
Trail with daisies and barley
Down the rivers of the windfall light.

And as I was green and carefree, famous among the barns
About the happy yard and singing as the farm was home,
In the sun that is young once only,
Time let me play and be
Golden in the mercy of his means,
And green and golden I was huntsman and herdsman, the calves
Sang to my horn, the foxes on the hills barked clear and
cold,
And the sabbath rang slowly
In the pebbles of the holy streams.

All the sun long it was running, it was lovely, the hay
Fields high as the house, the tunes from the chimneys, it was
air
And playing, lovely and watery
And fire green as grass.
And nightly under the simple stars
As I rode to sleep the owls were bearing the farm away,
All the moon long I heard, blessed among stables, the
nightjars
Flying with the ricks, and the horses
Flashing into the dark.

And then to awake, and the farm, like a wanderer white
With the dew, come back, the cock on his shoulder: it was all
Shining, it was Adam and maiden,
The sky gathered again
And the sun grew round that very day.
So it must have been after the birth of the simple light
In the first, spinning place, the spellbound horses walking
warm
Out of the whinnying green stable
On to the fields of praise.

And honoured among foxes and pheasants by the gay house
Under the new made clouds and happy as the heart was long,
In the sun born over and over,
I ran my heedless ways,
My wishes raced through the house high hay
And nothing I cared, at my sky blue trades, that time allows
In all his tuneful turning so few and such morning songs
Before the children green and golden
Follow him out of grace.

Nothing I cared, in the lamb white days, that time would
take me
Up to the swallow thronged loft by the shadow of my hand,
In the moon that is always rising,
Nor that riding to sleep
I should hear him fly with the high fields
And wake to the farm forever fled from the childless land.
Oh as I was young and easy in the mercy of his means,
Time held me green and dying
Though I sang in my chains like the sea.



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