miércoles, 3 de febrero de 2010

NADA QUE DECIR




Para países de maleza,
para nómadas entre rocas,
tatuadas y enanas tribus
y familias a cal y canto
en el alba gris de las fabricas,
la vida es un morirse lentamente.

Y son sus distintas maneras
de edificar y bendecir,
medir el amor y el dinero
modos de lenta muerte. El día
dedicado a matar un cerdo
o a tener una fiesta en el jardín;

las horas que dan testimonio
o traen hijos se encaminan
a la muerte igual de lentas.
Y hay para quienes todo esto
no significa nada, y otros
que se quedan sin nada que decir.

(de: Las bodas de Pentecostés,
Pre-textos, Valencia, 1991)
Philip Larkin (Inglaterra, Coventry, 1922-1985)

(Versión de Álvaro García)
NOTHING TO BE SAID

For nations vague as weed,
For nomads among stones,
Small-statured cross-faced tribes
And cobble-close families
In mill-towns on dark mornings
Life is slow dying.

So are their separate ways
Of building, benediction,
Measuring love and money
Ways of slow dying.
The day spent hunting pig
Or holding a garden-party,

Hours giving evidence
Or birth, advance
On death equally slowly.
And saying so to some
Means nothing; others it leaves
Nothing to be said.





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