sábado, 1 de diciembre de 2012

Fuego negro



oh bienaventurado desciende
desciende hasta el légamo marino
cuando se fecunda el sueño
o intérnate en la fragua del bosque
en el instante en que germina el deseo
y salta bienaventurado
salta desde ti hacia el abismo donde nace el fuego negro
sólo así serás sorprendido por el instante único y efímero.



oh leve pasajera
tu cuerpo moreno late entre alimañas y bambúes
pero se conserva intacto
como un campamento andaluz
bajo la ardiente penumbra de la balada viajera.
buscarte en la unánime hondura del pinar
y sospecharte aferrada a las crines de la noche
o hacerlo en la rapiña que desata la colmena
pero buscarte porque en ello ronda el goce verdadero.



si una tonada lavanda te señala el día
sigue a tu corazón.
si te envuelve el chasquido de la melena del mar
sigue a tu corazón.
si ella se ha ido y no puedes recordarla
sigue a tu corazón.
si el hijo no venido te muerde los labios
sigue a tu corazón.
así ha de temblarte la vena junto a las hojas del ginko
en el jardín de las fuertes impresiones
pero si lo que empuja es una sombra no lo sigas
si lo que empuja es una sombra no lo sigas
si lo que empuja es una sombra no.


Hugo Toscadaray (Buenos Aires, 1957)






1 comentario:

alicia dijo...

Gracias y Abrazos Hugo y Marcelo,

alicia,,,