Está mi risa de niño
con la abuelita ciega de la noche oscura.
Resuenan mis botas groseras de campesino
en la ternura de los caballos,
y he ido.
Al son de ríos lúcidos y puros
tiemblan las curvas de los pozos como las dulces patas de los corderos.
Encerrada en mis pasos sigue la noche oscura.
Jacobo Fijman (Uriff, Besarabia, Rusia -actualmente Rumania-, 1898- Buenos Aires, 1970)
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