Hay un murmullo que me acompaña
a donde vaya.
Es suave, como la cascadita que
forman las piedras en el río.
Suena bajito y constante
no necesita del orgullo de la
espuma
ni del virtuosismo de caídas
ruidosas.
Su compás de agua dulce no
altera el ritmo de la corriente
ni genera un oleaje violento
que pueda modificar lo que
habita en las orillas.
Pareciera imperceptible y, sin
embargo,
cada vez que me freno, lo siento
como caricia en la espalda.
Me recuerda que, cuando el amor
anida bien profundo
ya no se necesitan efectos
especiales
para saber que está ahí.
Antonella Tosco (Río Cuarto
(Cba.), 1990.
/de: FLOTAR
(100 poemas sobre ríos 100 poetas
argentinos.Camalote,
Bicéfalo, Paraná,2020)
IMAGEN: Fotografía de Río Cuarto, Córboba (De archivo)
/de: FLOTAR
(100 poemas sobre ríos
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