Provistos ahora, pero quietos
se exponen macetas y floreros,
se cuelga la uva. Lo otro es desconocido, lo otro
estaba y está encerrado en este cielo opaco
donde un lumen vinoso se endurece
y el grito del pinzón es ya de hielo.
Es aquí, es en estas obras apacibles
y claras donde transcurre y arde
lo que deberé perder, sin poseerlo.
El tiempo pasado y futuro se equilibran...
Yo, sea como sea, he venido aquí, avanzo
desde no sé qué tiempos, ardo, espero;
sin fin me convierto en lo que soy,
encuentro reposo en esta luz vacía.
Mario Luzi (Italia; Castello, Venecia, 1914 - Florencia, 2005)
(Traducción de Coral García)
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