miércoles, 19 de noviembre de 2025

DESARMADERO


CUENTAS PARA UN TESBIH


Fragmentos


Piso la línea
divisoria
y acerco,
con mi pie,
ese vacío
que aparece
infranqueable.

*

Me acerco al arroyo                         
y dibujo,
en su orilla,
la opacidad
de la sed.

*

Desato
entre los dedos
una imagen
que recorre
esa historia
siempre
postergada.

*


El trazo
de mi escritura
tambalea.
Mi mano
arrastra la letra
que se quiebra.

*


Una pluma
se posa
y mis dedos toman
una piedra.
Vuelo
sobre una palabra
que se cae.

*

Escribo
en el desierto,
con precisión de calígrafa,
el grano de arena
que precipita
la tempestad.

*


Tomé de tu espalda
el roce de mis manos.
En tu piel,
brújula vikinga,
imanté mis naufragios.

*

Mis caderas se dislocan.
Algo anuncian estos huesos que,
al romperse,
enturbian
el equilibrio
de las mareas.

*

Roen
estos días
las miradas de un mundo
que se abandona
al silencio.

*

Últimamente todo es inestable.
No, menos que antes.
Sí, más decisivo.

*

Se sucede la llanura
inmutable
y en su mirada
nuestro viaje
es infinito.


*

Acaricio la memoria
y encuentro en ese roce
la rugosidad,
el pliegue.
Una lengua que saliva
el envés de la mirada.


*

La flor del hibiscus
regresa a nuestras vidas.
Penetra en lo abierto,
cálida y roja,
su anhelo inexorable.


*


¿Dónde pegar la rabia?
¿Dónde descargar el golpe?
¿Dónde olvidar que nada pasa?
¿Adónde volver si ya somos los idos?


*

Acostumbro mirar a los ojos.
Me gusta detenerme
en los ángulos que,
a punto de quebrarse,
liberan de proyección
a los cuerpos.

*

La necesidad de creer
me deja lamiendo
un espejismo.
Tu rostro
que dibujé
en el aire

*

En altamar, los barcos zozobran
sin amarras.
Esa noche supimos
que elegir el naufragio
era llegar a la orilla.
Marcar con la última brazada
otro horizonte
del adiós.

(Del libro homónimo,
Envío de la autora)

Alejandra M. Boero Serra (Rafaela, Santa Fe, 1968)



Pueden LEER más poemas y biografía en entrada anterior.


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